El agua es el elemento que determina la vida tal como la conocemos, al extremo de que en las pasadas y actuales exploraciones espaciales determinamos si un cuerpo celeste tiene vida en función de la presencia de ella o, al menos, de los gases que en su combinación se transforman en agua.
El agua ha sido, y es, determinante en la decisión de cualquier civilización o grupo humano de asentarse en un lugar. De hecho, para que ello se materialice, si no es cercana su presencia, se ha llevado desde distancias ocasionalmente considerables, tal como lo atestiguan los acueductos que se erigieron en el imperio romano, gracias a lo cual Roma fue posible.
Llegó a convertirse en una manifestación de riqueza que al ser canalizada desde lejos, a veces por el puro disfrute de su presencia y de la naturaleza que se podía desarrollar con ella, promovió construcciones que trascendieron tiempo y distancias, hasta llegar a ser catalogadas como maravillas en la antigüedad,
como es el caso de los jardines colgantes de Babilonia.
Con el trascurrir de los tiempos, los cuerpos naturales y los juegos de agua creados, se constituyeron en componentes esenciales del disfrute de un espacio, ya fuera en las villas renacentistas de grandes señores o en jardines palaciegos, como Vaux-le-Vicomte o Versailles.
Al llegar a nuestra contemporaneidad, las ciudades de las que mejor se valoran sus espacios públicos tienen el agua como el centro de atención, de forma natural y descontaminada o en forma de juegos creados por el hombre.
Es desconcertante que Santo Domingo, ciudad primada del Nuevo Mundo, bordeada por el mar y por ríos, carezca de agua en sus espacios públicos, como muestra fehaciente de civilización y cultura. ¿Qué recoge la historia de lo que fue y ya no es? ¿Qué relación guarda el número de sus cuerpos de agua respecto a su población y a su territorio? ¿Será posible cambiar la pobre gestión que hemos hecho del agua en un recurso atractivo e inspirador, para transformarla en una gran ciudad?
Expositor:
Constantinos Ph. Saliaris Bobadilla.Docente desde el 1989 en las Escuelas de Diseño y de Arquitectura y Urbanismo, habiendo sido profesor de diversas asignaturas, hasta la fecha. El arquitecto Saliaris es egresado de la UNPHU, institución en la que también obtuvo su título de magíster en Arquitectura Tropical Caribeña. Director de la Escuela de diseño de la misma universidad. En su labor profesional, es Gerente General de Arquitrabe, srl., empresa en la que ha realizado proyectos de arquitectura, diseño de interiores, paisajismo y urbanismo. Como artista ha elaborado pinturas, esculturas, performances e instalaciones, habiendo participado en varias Bienales Internacionales de Arquitectura de Santo Domingo y Bienales Nacionales de Artes Visuales. También es co-fundador de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana y miembro de la Fundación Erwin Walter Palm. Simultáneamente, es coordinador de la Maestría en Estudios de Museos, par revisor de la revista AULA, profesor investigador y conferencista. |
11:40 a.m – 12:10 p.m